martes, 23 de agosto de 2011

Felicidad.

Hoy desperté con una enorme sonrisa en mi rostro. No se que había pasado por la noche. Quizás un sueño hermoso. En verdad no lo se. Así con esa alegría al abrir mis ojos, estos, comenzaron a derramar grandes y gruesas lágrimas. ¿Es posible llorar de alegría? Hoy se que si.

Aun con esa alegría en mi faz, no entendía. Las lágrimas empaparon por completo mis mejillas y mojaron mi almohada. Entrelace mis manos detrás de mi cabeza y deje que mis sentimientos fluyeran libremente. Ese sabor salado, hoy no tenia aderezo alguno de amargura. Era felicidad pura. Era una cascada de sentimientos que limpiaba y purificada mi alma.

Volteé mi cuerpo en posición fetal y abrase a mi esposa, quería sentir el calor de su cuerpo junto al mío. Me sentía tan vulnerable. Percibí su aroma natural  a mujer y eso le dio calma a mis sentidos. Y me volví a quedar dormido.

Un hombre, una mujer, en la intimidad de su cama, comparten en la obscuridad y en silencio sus sueños, sus anhelos. De problemas y sinsabores no hablare, por que no los tengo.

Un hombre y una mujer caminando juntos de la mano, un día decidieron unir sus vidas y compartir su destino, únicamente por amor.

Tal vez inconscientemente, mi ser interior, quería recordarme lo afortunado que soy.

Tengo una familia, salud y fortaleza.

Te tengo a ti, que lees esto.

Gracias por estar a mi lado, no te conozco físicamente, pero como a los que mas amo, siempre te llevare en mi corazón.

Por todo esto estoy feliz.

Por eso... Soy afortunado.



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