Una noche de abril, a través del amor, la naturaleza me
puso en el vientre de una mujer.
Durante nueve meses estuvimos juntos, como un presagio de que toda la vida así habría de ser. Al momento de nacer me abrazo, así, me dio su calor y protección.
A pesar de ser el hijo número cinco siempre tuvo tiempo para mí.
Durante nueve meses estuvimos juntos, como un presagio de que toda la vida así habría de ser. Al momento de nacer me abrazo, así, me dio su calor y protección.
A pesar de ser el hijo número cinco siempre tuvo tiempo para mí.
Muchas mujeres en su afán por salir adelante se esfuerzan y dan todo por sus hijos, así que, nací en un mercado, literalmente en la calle, pues había mas bocas que alimentar. El mercado es un lugar poco común para una madre y sus
hijos, una caja de madera fue mi cuna, una coladera mi baño. Entre
jitomates, cebollas, limones y marchantas aprendí a dar mis primeros pasos; siempre
con mi madre al pendiente de mi.
Como toda madre procuró que mi niñez fuera sana, me llevo a poner mis vacunas y en cualquier enfermedad estuvo a mi lado. A pesar de que un mercado es a veces un lugar insalubre, yo, siempre estuve muy limpio.
Como toda madre procuró que mi niñez fuera sana, me llevo a poner mis vacunas y en cualquier enfermedad estuvo a mi lado. A pesar de que un mercado es a veces un lugar insalubre, yo, siempre estuve muy limpio.
Cuando llegó el momento, caminamos juntos de la mano a la
escuela, con una bolsa de mandado como mochila y una torta de frijoles envuelta en papel estraza, mi
madre me dio su bendición y así comencé a estudiar.
Al ser mi madre una mujer trabajadora de tiempo completo,
esto nos unió más, levantarnos a las 4.00 am. para ir a surtir las mercancías
es algo que nunca he de olvidar;
Una mujer y un niño de 4 años caminando en la oscuridad
de la noche por las calles solitarias de la merced.
Nunca tuve miedo o incertidumbre pues, su
cálida mano me sujetaba con firmeza, hoy se lo peligroso que la zona de la
merced; prostitución, bares, asaltos y homicidios son el pan de todos los días,
en fin, siempre mi madre permaneció a mi lado, aunque quizás yo no, es decir,
los hijos a veces somos ingratos.
Por momentos olvidamos que esa maravillosa mujer ha estado en todo momento con nosotros, aun
así, se que todas las noches siempre rezó por mí.
En su cuerpo llevo las marcas de lo difícil que fue sido
su vida, cesáreas, una cicatriz de apendicitis, invasión en su cuerpo por cáncer,
piedras en los riñones, en fin…
“A
veces me pregunto ¿Cómo soporto tanto dolor?”
Hace unos cuatro años resbalo al tratar de subir una
banqueta, como resultado, los huesos de su mano se hicieron pedazos, otra vez
la vi en una plancha de cirugía, otra vez la habrían de operar, solo que esta
ocasión, la vi diferente, la
vi cansada, vi como el tiempo pasa y ha cobrado su factura, ya no era esa mujer de antes y creo que ella también se dio cuenta. Ella de verdad lo sabia, allí sentada en una plancha de hospital con la
bata azul tradicional y ese silencio sepulcral que en un quirófano hay, con su mirada perdida en el suelo, trataba de
aceptar que es tiempo de frenar, trato de aceptar que es
tiempo de descansar, la vida de mi
madre fue siempre un torbellino, desde ese dia todo fue diferente pues las fuerzas se agotaron, ese momento ella tuvo que aceptar que la vejez llego, fue difícil, sin embargo, esa es la ley de la vida,tuvo que renunciar a la única forma de vivir que
conocía, así que fue duro decirle adiós al mercado.
Nunca más escuchare es pregón que la caracterizaba;
¡Que
va a llevar, señoraaaaa!
Nunca
más.
Dios nos bendice y pone a un gran ser a nuestro
lado, para que nos guie y nos lleve de la mano por la vida.
Ella, con amor
aceptó el trabajo de ser madre, se que todas las mujeres que tienen la
dicha de serlo, saben a lo que me refiero.
La vida me dio por partida doble me dio dos grandes mujeres para que me llevaran de la mano por el camino de la vida, mi abuelita Teodora, que me crió y mi madre, Gloria Cisneros Moreno quien me dio la vida.
Mi madre siempre tuvo un decir:
“En
vida hermano…en
vida”
Siempre a mi modo, le hice saber a mi madre que en cada
latir de mi corazón hubo gratitud infinita por hacer de mi un hombre de bien...
Mi madre fue internada a consecuencia de un coma
hepático e ingreso a un hospital, permaneció allí durante 10 días.
Fue muy difícil verle allí, hospitalizada una vez más...
Fue muy difícil verle allí, hospitalizada una vez más...
Llegue como a las 11pm. no había ya visitas, pero debido
a la gravedad se me permitió ingresar. El hospital parecía un laberinto, o quizás solo fue mi imaginación pues solo quería llegar pronto a verla. Al llegar, mi madre estaba acostada una vez mas en una cama fria de hospital, era un cuadro desolador, estaba muy demacrada, estaba
dormida, tome su mano y la acaricie, en el pasado, siempre que veía a mi madre alborotaba su
cabello a manera de juego, esa ocasión también lo hice, fue así que ella abrió
sus ojos y aun con tanto dolor trato de sonreír…le dije que no se
esforzara, me acerque a su oído y le hable en vos baja, le pedí un minuto, le suplique 60 segundos de su atención pues sabia que sus segundos se le agotaban, ella asintio con su cabeza, en ese lapso tan
corto pero tan grande para mi recordamos una anécdota juntos, una vivencia que siempre
recordábamos y nos hacia reír y disfrutar, al final, rezamos nos tomamos de la
mano y ella, cerro sus ojos…
Su fortaleza la hizo salir adelante y el cuerpo médico
del hospital la dio de alta el sábado 4 de Noviembre de 2017.
Mi familia fue de visita a su casa el domingo 5, por la
noche me comentaron el milagro de la vida pues es increíble cómo se recupero y
como su deseo de vivir era visible.
Pensé in a visitarle en cuanto me fuera posible, aveces pienso en la paradoja;
"Vivimos para trabajar o trabajamos para vivir"
"Vivimos para trabajar o trabajamos para vivir"
Una llamada a las 3am. del martes 7 de
noviembre de 2017 me hizo saber de su partida al más allá…
El sobresalto en la madrugada me tomo por sorpresa. quise volar en ese momento, la distancia en la obscuridad parecia una novela, los recuerdos se agolpan y tratamos de asimilar la realidad, llegue a su casa antes que el sol saliera mi hermana me dijo que estaba en su habitacion, ella, aun estaba en su cama, entre rápidamente la vi y volví a alborotar su cabello por última vez, con mi mano cerré sus ojos, bese su frente, puse una rodilla al suelo y le dije por siempre adiós.
El sobresalto en la madrugada me tomo por sorpresa. quise volar en ese momento, la distancia en la obscuridad parecia una novela, los recuerdos se agolpan y tratamos de asimilar la realidad, llegue a su casa antes que el sol saliera mi hermana me dijo que estaba en su habitacion, ella, aun estaba en su cama, entre rápidamente la vi y volví a alborotar su cabello por última vez, con mi mano cerré sus ojos, bese su frente, puse una rodilla al suelo y le dije por siempre adiós.
Viví lo que muchos han vivido y lo que muchos han de
vivir.
Bebí el trago que otros han bebido y que otros han de beber.
Durante su sepelio se hizo su voluntad, se le dio sepultura digna de una reina, como ella lo fue.
El servicio funerario dio inicio, su cuerpo descendió y se cumplió con la ley de la vida polvo somos y polvo nos convertiremos.
Alli, en su su última morada, a mi manera, agradecí a los presentes su compañía, afecto y cariño a mi madre, mis hermanos a su modo hicieron lo mismo.
Bebí el trago que otros han bebido y que otros han de beber.
Durante su sepelio se hizo su voluntad, se le dio sepultura digna de una reina, como ella lo fue.
El servicio funerario dio inicio, su cuerpo descendió y se cumplió con la ley de la vida polvo somos y polvo nos convertiremos.
Alli, en su su última morada, a mi manera, agradecí a los presentes su compañía, afecto y cariño a mi madre, mis hermanos a su modo hicieron lo mismo.
En vida, como ella decía, le rendí tributo a su esfuerzo
y abnegación por mí.
Es en vida cuando le tenemos que hacer saber lo que queremos y le decimos lo que por ella sentimos.
Es en vida cuando un abrazo nos reconforta.
Es en vida cuando un abrazo nos reconforta.
Es en vida cuando podemos apreciar la belleza de una flor y disfrutamos de su aroma.
Hoy dejo aquí mi eterna gratitud, mi amor y cariño por
Gloria Cisneros Moreno...
“Mi Madre”
“Mi Madre”
Cada
10 de Mayo algunos recordaran a su madre que ya se fue y visitaran su tumba
pues los ángeles tarde o temprano se tienen que reunir con dios.
Hoy que estamos vivos, aquellos que gozan la compañía de
esa gran mujer, disfruten de esa aquella que nos regalo la vida.
Nuestra
madre.
En
memoria de Gloria Cisneros Moreno. q.e.p.d.