Como todos los días el despertador sonó a las 6.30
am.
Gloria se dio cuenta que Lalo aún no se había
levantado de su cama.
--¡Laloooooo! ¡levantateeeé, se te
va a hacer tardeé!
Al ver que su hijo no le respondía, decidió
ir a su habitación.
Lalo al sentir la presencia
de su madre, se envolvió mas en sus cobijas y con desgano le dijo a su mama:
--- ¡Hoy no quiero ir a la secundaria!
Gloria bastante enojada jalo el
cobertor que cubría a su hijo, al mismo tiempo que grito;
--- ¿Coooomo que no quieres ir? ¡Solo
eso me faltaba!--
Sus ojos se abrieron por completo al
descubrir una gran cantidad de moretones en la espalda de su hijo.
-¡Dios mío quien te hizo eso!
-¡Nadie ma!
- ¡Como que nadie! ¡Vístete y vámonos a la secundaria!
-¡Nadie ma!
- ¡Como que nadie! ¡Vístete y vámonos a la secundaria!
Durante el trayecto, Lalo le comento a su mama que,
“el Chowy” le quitaba su dinero y últimamente le cobraba una cantidad extra
por concepto de “renta”, es decir, si no cubría esa cuota le daría otra golpiza como la
que le dio dos antes, además le había
advertido que su hermana la pasaría muy mal.
Al llegar a la secundaria Gloria se dirigió
directamente a la oficina del director, este, argumento estar “muy
ocupado” y ordeno a una secretaria que fuera la sub-directora quien le atendería….
Después de esperar 20 minutos, por
fin fueron recibidos.
Gloria puso al tanto de la situación a la “sub”, quien
decidió llamar “al chowy” para aclarar la situación. Al llegar el agresor, Lalo
se oculto detrás de su madre.
La sub-directora cuestiono al
“presunto responsable” el “chowy”…
-¿Que paso contigo?
-¿Con que? ¿O qué?
- ¡Mira como golpeaste a tu compañero!
-¿Yo? ¡Ni siquiera lo conozco, mucho menos le hablo, vamos en el mismo salón, pero jamás le he molestado!— Contesto el chowy con una voz suave y tenue.
-¡Tú, tú, fuiste, tú fuiste, siempre me estas molestando!-- Dijo Lalo sumamente nervioso.
-- Haber ¿Quien está diciendo mentiras? Dime la verdad Lalo ¿Quien te pego?— Dijo la “sub” muy molesta.
-¡Fue él, él me amenaza, me quita mi dinero y ahora me quiere cobrar “la renta”!
--¡No maestra, yo ni lo conozco!-- Asevero muy tranquilo “el chowy” y recalco --Yo vi que ayer se peleo a la hora de la salida con otro chavo; según dijeron, fue porque le robó la novia al Ramón--
-¿Es eso cierto Lalo?- Pregunto Gloria a su hijo llena de intriga.
--¡No, no es cierto como crees que te voy a engañar Mama!
-¿Con que? ¿O qué?
- ¡Mira como golpeaste a tu compañero!
-¿Yo? ¡Ni siquiera lo conozco, mucho menos le hablo, vamos en el mismo salón, pero jamás le he molestado!— Contesto el chowy con una voz suave y tenue.
-¡Tú, tú, fuiste, tú fuiste, siempre me estas molestando!-- Dijo Lalo sumamente nervioso.
-- Haber ¿Quien está diciendo mentiras? Dime la verdad Lalo ¿Quien te pego?— Dijo la “sub” muy molesta.
-¡Fue él, él me amenaza, me quita mi dinero y ahora me quiere cobrar “la renta”!
--¡No maestra, yo ni lo conozco!-- Asevero muy tranquilo “el chowy” y recalco --Yo vi que ayer se peleo a la hora de la salida con otro chavo; según dijeron, fue porque le robó la novia al Ramón--
-¿Es eso cierto Lalo?- Pregunto Gloria a su hijo llena de intriga.
--¡No, no es cierto como crees que te voy a engañar Mama!
La sub-directora se desespero así que
considero “prudente” suspender a Lalo
tres días y al “chowy” le pidió disculpas.
Gloria también reprendió a su hijo;
--¡Ya ni friegas, ay vengo a poner mi cara
de idiota!— Dijo sumamente alterada, mientras le golpeaba repetidamente en la
espalda.
Ya de vuelta en su casa, como al medio día, el niño
se encerró en su habitación. Lloro
por mucho tiempo y volvió a recordar cómo
había empezado todo esto…
El primer día de clases (de inicio de curso
en la secundaria) “el
chowy” se hiso notar con todo el grupo y empezó a poner apodos a todos sus
compañeros, que dicho sea de paso, estaban muy complacidos con la rutina de
este “comediante”.
¡Tú serás la coneja, y tú la babis, jajajaja, y tú
,mmm, tú vas a ser “el tambo”! --refiriéndose a Lalo-- ¡jajajajaja!
Al ser Lalo un niño robusto, ese apodo le destrozó
la vida, ahora a causa del humor negro
del “Chowy” tenía que sufrir todos los días.
Profunda tristeza tenia Lalo en su interior, estaba tan
entusiasmado de entrar a la secundaria, tenía la ilusión de que todo allí
seria diferente, pues en la primaria le decían “el puerquito”, según
porque era güero y gordo. Que mal la había pasado. Seis
años aguanto las burlas de sus compañeros, así que un día de
plano decidió verlo con humor y hasta se acostumbro.
Ahora en la secundaria, desde el primer
día, la crueldad del “Chowy” y la falta de compañerismo le tenían sumido en una depresión enorme, le
tiraban la mochila y se la pateaban, robaban su lunch, le metían el pie y
lo aventaban, Una vez le bajaron el
pants con todo y ropa interior, a pesar de que este hecho lo comento a varios
maestros, ninguno le hizo caso.
Cierta ocasión la maestra Sandra de plano le
dijo;
--¿Oye Lalito, no será que tú tienes la culpa de que
te digan “el tambo”? ¿Por qué mejor no te pones a dieta?
Todo el grupo la escucho y fue peor.
Casi un mes le dijeron “barril de grasa”
Lalo sabía que con su familia no contaba, su padre salía desde las 5.00am y llegaba a
las 10.00 pm. Al llegar a casa solo cenaba y se iba a dormir, los fines de
semana solo se dedicaba a tomar cerveza, su madre por el contrario simplemente
le decía;
“Tú tienes la culpa por molestarlos”
Así, con todo ese recuerdo, continuo llorando.
Lloro hasta que su alma quedo seca y vacía.
Cayó en un sueño profundo, Soñó que era
delgado y que sus compañeros le respetaban. Soñó que “el chowy” era su
mejor amigo y sentados en la banqueta disfrutaban de un helado. En la
secundaria todo era diferente, hasta los maestros le ofrecían su ayuda. Soñó
que su padre lo abrazaba al mismo tiempo que le daba consejos. Soñó que su madre le apoyaba y compartían sus secretos.
Para Lalo fue un sueño tan hermoso y relajante, por alguna razón, decidió no despertar jamás…
Como a las 10.00 pm, Gloria llamo a Lalo para que
bajara a cenar, al no escuchar respuesta alguna, fue a la habitación del niño,
al abrir la puerta, soltó un desgarrador alarido.
Lalo estaba colgado de la herrería de su
ventana.
Con su cinturón rodeando su cuello segó su vida, pensó que
de esa manera terminaría de sufrir.
Con desesperación su madre trato de cargarlo
pero era demasiado tarde, Lalo yacía inerte, con el rostro morado e hinchado,
pero irónicamente se apreciaba cierta tranquilidad en su faz.
En la mano derecha tenía una nota que decía;
“Perdónenme pero es que ya no aguanto mas”
La apatía de un Director, la ineptitud de una Subdirectora,
la poca preparación que tienen los maestros acerca del bullying y la
indiferencia de sus padres “Acompañaron” a Lalo en ese obscuro viaje al
mas allá”.
Hoy Lalo por fin…
Descansa en paz.
“Uno de cada seis casos de bullying termina en suicidio” CNDH.
¿Que esperamos para hacer algo? El próximo podría ser nuestro hijo(a).