jueves, 25 de abril de 2013

En algun lugar del cielo.



-¡Felicidades, Sra. Elizabeth, esta usted embarazada!- Dijo el doctor con una gran sonrisa y confirmo mis sospechas…

Mi alma se llenó de emoción al saber que te esperaba.  Ser otra vez mamá no se puede explicar. 

¿Cuan grande me puedo sentir como mujer? 

 Desde el primer momento en que supe que venías en camino, me hiciste la mujer más feliz del mundo.

Mi bebita -¡Eli te llamaras!-  ¡Gracias por darme esta agradable experiencia que llevaré en mi corazón hasta el último día de mi vida!  ¡Mi chiquita no sabes cuanto te amo!
Mi bebita Eli, ¡Te espero con mucho amor!
Cuento  todos los segundos, los minutos, las horas, los días, las semanas y los meses. Lo único que deseo  es tenerte en mis brazos. Seré la madre soltera más orgullosa y feliz del mundo.
Estos han sido los 5 meses más felices de mi vida…
-Hoy visitaremos al doctor, mi pequeña Eli- Le dije a mi bebita.
El ginecólogo puso su estetoscopio en mi vientre, se puso pálido, comenzó a sudar, me di cuenta al instante…
-¿Pasa algo Doctor?- Pregunte con gran incertidumbre.
- ¡No escucho el corazón de su bebe! ¡Necesitamos  hacer un ultrasonido para estar seguros!- Contesto mientras limpiaba su frente.
Sentí como el mundo se me venia encima.
Estuvimos juntas 5 meses, solitas las dos. Muy felices.
¿Cómo pudo haber pasado esto?
…“No encuentro el latido del corazón y tampoco veo sus movimientos”…
Son las palabras más duras que he escuchado. No podía creerlo….
Mi pequeñita Eli ya no vivía y… había que sacarla…  más de 12 horas de trabajo de parto para dar a luz a mi bebita.  12 horas en mi vientre ya sin respirar y sin moverse…
Cuando nació mi bebita sin vida, hice mi más profunda y sincera oración a Dios… oré con angustia… oré con dolor en el alma porque mi nena ya no tenía vida.…

Mi corazón sangra. Mi alma no siente alivio. No entiendo porque tú mi bebita Eli, tú fuiste la elegida... Teniendo Dios tantos angelitos, te aparto de mi camino... no reclamo, no blasfemo pero…
 ¿Porque tú?

A la mujer que pierde a un esposo se le llama viuda. Al hijo que pierde a sus padres se le llama huérfano.
 ¿Qué nombre se da a la madre que pierde un hijo?
Cuando se pierde a un hijo, no hay un nombre que quede en la mamá que esta viva porque es imposible.
Perder un hijo es lo más duro y difícil que le puede pasar a una persona.
La vida sigue. Hoy estoy de pie, estoy viva y trabajando, tengo dos importantes razones para hacerlo... Mis otros dos hijos; ellos son el motor de vida.  Por ellos haré hasta lo imposible por recuperarme.

La vida de la mujer se basa en ilusiones y proyectos,  tiene que ser esposa, ama de casa, maestra y muchas cosas más.  Se prepara mentalmente para ser madre y lo logra. Procura para sus  hijos un mundo de ensueños. En lagunas ocasiones, hasta se mentaliza para ser abuela, pero…
¿Se prepara una mujer para la irreparable y dolorosa pérdida de un hijo?

Ante la pérdida de un hijo, ese ser esencial en la vida de una madre, la mujer se encuentra de pronto recorriendo caminos de un duelo eterno que durará el resto de su vida…

No hay científico que logre descifrar el dolor, ni poeta que logre escribir el amor grandioso de una madre, no hay diccionario que describa las palabras exactas para descifrar el verdadero dolor de la pérdida de un hijo.

¿Cómo describir la magnitud del dolor de perder una parte de nosotras?

Cuando se pierde a un ser amado, emprendemos un camino poblado de tristezas y desconsuelos.
La madre que pierde un hijo se queda con su tristeza. Se queda en la soledad, sin embargo, a pesar de tanto dolor y desconcierto, esa mujer, saca fuerzas de su dolor porque aun le quedan otros hijos que la necesitan y sabe que esos hijos también lloran la ausencia de un hermano que les fue arrebatado por los misterios que se resbalan desde la muerte.

Un hijo, por doloroso que resulte, se prepara para ver partir a los padres, después de todo, esa es la ley de la vida, pero los padres no encuentran explicación alguna del porqué un hijo les es arrebatado.

Después de perder a mi bebita, mi vida se volvió una constante obra de teatro; todas las mañanas cuando comienza el día se levanta el telón; comienzo a hacer todas las actividades que estoy obligada a hacer; me levanto, me baño, me arreglo, y salgo a la calle; sonrío y doy los buenos días a todas las personas con las que me encuentro a mi paso, cuando estoy trabajando, escucho una pregunta muy común:
 -¿Cómo estás?-
Yo como siempre, actuando contesto -“Estoy bien, gracias”-
Durante las noches, todo ha sido lágrimas de dolor y de ausencia. Por las tardes, tengo que hacer algunas cosas típicas de un ama de casa. En los pocos trayectos que me atrevo a caminar, me encuentro a conocidos y amigos; unos se hacen que no me ven, otros se cambian de banqueta, pocos son los que se acercan a darme ese abrazo que me haga sentir  que  aún “estoy viva”,  como todo buen actor, estoy en boca de muchas personas, unas me tienen lástima, otros respetos, otras admiración por soportar este dolor. Otros  me hacen culpable de que tú no puedas ser feliz donde estas por llorarte tanto. Por la noche, cuando baja el telón y la obra de teatro termina, esa mujer, admirable para unos y detestable para otros, vuelve a ser sólo una mamá deseando con el alma una pequeña oportunidad de volver a tenerte en los brazos.

Esta noche estoy muy cansada. Esta noche caí rendida. Como todas las demás… Solo que… Esta noche cuando comencé a soñar,  soñé con Dios…
De pronto estaba en un lugar muy hermoso, sobre las nubes, rodeada de bellos jardines, había flores multicolores, animales, arboles frondosos, había algunas personas, que como yo, estábamos desconcertadas, comenzamos a caminar hacia un mismo lugar, de pronto estábamos frente una enorme luz, ¡Era Dios!
Junto a el había muchas personas de todas la edades, que al reconocer a sus familiares, pronto se reunían y con gran animo se abrazaban… hijo, papa, mama, abuelita, tía, amigo… escuchaba a mi lado mientras todos estrechaban sus cuerpos, yo entendí de que se trataba y afanosamente busque a mi bebe, mi pequeña Eli… la vi y allí estaba… ¡Estaba en los brazos de Dios, estaba muy alegre y estirando sus pequeñas manitas para que la cargara!… El todo poderoso llevo a mi bebe hasta mi y la deposito en mis brazos… al mismo tiempo que se sentó al  centro de todos, comenzó a  hablar,  lo hiso mirándonos a los ojos, con su mirada de infinita tranquilidad, amor y ternura…
“Te prestare por un tiempo un hijo mío”, para que lo  ames mientras viva, podrá ser un día, un mes, cinco meses, cinco años o toda tu vida, hasta que un día yo lo llame. ¿Podrás cuidarlo por mí? Quiero que aprenda a vivir, he buscado un maestro y te he elegido a ti… ¿Le enseñaras? No te ofrezco que se quedara contigo, solo te lo presto por un tiempo, POR QUE LO QUE VA A LA TIERRA, A MI REGRESA, así es, así a sido y así será, por los siglos de los siglos. Este hijo que te entrego te dará la ternura, la alegría y toda el amor que le sea posible, el día que yo lo llame, por favor no llores, ni me odies  por regresarlo conmigo. Su esencia quedara dentro de ti, quedaran los muchos y muy bellos recuerdos, con ello tu luto será más llevadero, así, habrás de decir con agradecida humildad:
“HAGASE SEÑOR TU VOLUNTAD”
El todo poderoso se puso de pie, y todos se comenzaron a despedir mientras se escuchaba por doquier, “hágase señor tu voluntad”, hágase señor tu voluntad, hágase señor tu voluntad, yo abrace a mi pequeña Eli, acaricie su rostro, la bese  con mucho amor, ella me miro a los ojos y me sonrió, con sus manitas, también toco mi cara y seco mis lagrimas… el Señor extendió sus brazos y me dijo:
-Es tiempo Eli, es tiempo.
Mi bebe, mi pequeña Eli me miro, me dio un beso y extendió también sus pequeñitas manos al Señor… yo aun con lagrimas en mis ojos la devolví al creador al tiempo que  de mis labios brotaron las palabras: “Hágase Señor tu voluntad”.
Dios se retiro con sus hijos, los demás nos fuimos cada uno por diferentes rumbos…
Desperté aun de madrugada, aun repetía aquellas palabras… a pesar de estar llorando, mi alma estaba un poco mas tranquila, pues tengo la certeza de que mi bebe esta en algún lugar del cielo… esta en los brazos de Dios.
Aceptar los designios del creador no es fácil, pues ignoramos el plan divino… 

Hoy se que dios siempre camina a mi lado. Hoy mis días son más ligeros.

Hoy se que mi hijita esta bien, esta en paz y es feliz, pues reposa en los brazos de Dios.

Hoy se que, tarde o temprano, estaremos otra vez juntas… estaremos felices…

Estaremos: “En algún lugar del cielo”. 

“HAGASE SEÑOR TU VOLUNTAD”