jueves, 12 de septiembre de 2013

El autobùs.

 





Siempre he pensado que los seres humanos tenemos algo en común. 
 Algo que, a pesar de ser  todos diferentes,  nos hace ser iguales. Somos Humanos. La humanidad,  es ciertamente  eso, HU-MA-NI-DAD.  Somos millones de personas que estamos siempre en un mismo canal ,como si estuviéramos unidos por una fuerza invisible, al menos para mi, esa fuerza , ese lazo invisible , se llama AMOR.
Sin embargo, por alguna razón, hay algunas personas que les gusta ensuciar su vida, les  atrae enlodar y podrir su ser, disfrutan destruyendo el regalo mas hermoso del creador, “El alma”.  Y lo hacen magnificando toda la maldad que hay en su interior, sin importarles las consecuencias que esto pueda tener…

 En la búsqueda de  hacer crecer mi negocio, estuve buscando en internet un enfriador  para refrescos semi-nuevo.  Hay personas que de pronto dejan de usar algo, esto no significa que ya no sirva, simplemente ya no se usan. ¿Qué hay que hacer con ellas? Fácil,  venderlas ¿Cual es la forma más conveniente  de vender?   El internet.

Así, en la búsqueda de ese refrigerador,  mis pasos me llevaron hasta Netzahualcóyotl,  una ciudad que hasta ese día solo  conocía por lo que en los periódicos  se podía leer;

Altos índices delictivos.
 Mafias.
Extorsiones.
Secuestros.
 Cobro de derecho de piso (renta)
 Asaltos.
 Balaceras.

La línea B del  Metro me llevaría a  mi destino.  Mientras me acercaba a “Neza”,  vi una ciudad muy diferente a lo que me imaginaba, pues en algún tramo  el viaje es exterior , es decir, las vías del tren van de forma paralela a la carretera, esto nos da una amplia  vista de la ciudad mientras hace su recorrido.  Esta zona, lucia muy bien. Vi casas muy bonitas, muchos negocios, en concreto vi una comunidad  con mucha “vida”. La verdad  siempre pensé que Netzahualcóyotl  era un lugar de aspecto muy diferente, de pronto pensé que lo que escuchaba en la radio  y se  leía en los periódicos eran exageraciones, pues la nota roja siempre vende y los morbosos son el mejor publico.

Llegue a la estación Rio de los remedios, desde allí  llame a la persona que me daría la dirección a donde ir , me dio una serie de instrucciones y note  que estaba muy cerca, camine unas 7 calles, estas, como decía, eran muy limpias, salude a unas personas , ellas correspondieron,  eran como las 5.30 de la tarde. 

Al fin llegue al domicilio del vendedor, toque un timbre,  como ya “nos conocíamos por internet”  un joven abrió  las puertas de su hogar…
Después de un saludo caminamos por un pasillo, fuimos a dar a un local comercial cerrado, por los que vi allí hacían pizzas,  me comento que a raíz de que “La familia michoacana”  le pidiera una extorsión mensual muy alta, tendría que cerrar  su negocio, pues si no pagas, simplemente te  matan. 

Nunca espere escuchar una historia así.

Siempre he sido muy observador, y de algo estoy seguro, siempre se cuando alguien miente y/o cuando va inventando cosas, este joven estaba completamente  a-te-rra-do y hablaba con verdad.

 Convenimos un precio justo para los dos y  regresaría  al otro día a cerrar el trato, solo una condición me impuso  aquel hombre e insistía en ello  a cada momento;

“Por favor, ven lo mas temprano que puedas, por favor”


De vuelta a casa, busque en el camino una camioneta de fletes, la encontré e hice un acuerdo para vernos a las 8.00am.

Curiosamente, antes de entrar a la estación del metro, en el paradero de autobuses vi uno que me resulto familiar,  en el frente de su parabrisas decía  así;

Metro Rio de los remedios.
San Juanico.
 Cuautepec.
 Tlalnepantla.  

Excelente, era mi día de suerte, pensé, sin escalas  a mi casita, un boleto directo al hogar,  pues ese autobús me dejaría prácticamente a unos metros de mi destino final.
Hubo un momento en que tendría que decidir, aglomeraciones y transbordos entre el metro, tren ligero y un microbús  ò  un largo y placentero viaje en autobús. 

Después de dudar un poco elegí el autobús.


6.30 pm. 

Pague mi viaje, justo detrás del chofer me acomode, encendí mi teléfono celular, coloque audífonos en mis oídos, elegí música placentera y me dispuse a descansar…
Abordaron solo 4 mujeres y 5 hombres,  todos teníamos entre 40 y 50 años de edad, se me hiso raro que fuéramos muy pocos los pasajeros pues es un lugar donde grandes cantidades de personas transitan.
Al fin dio marcha el autobús e inicio un  largo recorrido en el cual atravesaríamos;  Netzahualcóyotl,  Ecatepec, la delegación Gustavo A.  Madero y Tlalnepantla.
A los cinco minutos recorríamos   un paraje largo y solitario, cerros y un rio era todo el paisaje,  vi a lo lejos una mujer que abrazaba a un hombre y detrás de ellos un hombre solitario, todos cargaban mochilas,  el chofer al verlos cambio su  carril de izquierda  a extrema derecha de manera violenta, la mujer hiso una seña y el autobús se dirigió hacia ellos, todos  los pasajeros comenzaron a gritar:

-- Noooo, noooo, no te pares, nooo!!

El chofer no les hiso caso, pues de verdad, no detenerse si era una opción y los pudo haber evitado.

Al detenerse el chofer abrió ambas puertas, el hombre solitario corrió a subirse por adelante mientras sacaba una escuadra  calibre .38 y cortaba cartucho, la pareja hizo lo mismo, con sus armas solo que   se subieron por la parte trasera, escupiendo de sus bocas las mas ofensivas y lastimosas palabras nos comenzaron a intimidar , yo fui el primero, de inicio me golpeo con la cacha de su pistola la cabeza,  me arrebiato el celular, un cachazo mas, me arranco los audífonos y me saco lo único de dinero que traía: 

Un billete de  $ 20.00 pesos.

 Atrás todo era caos y gritos, otro golpe en mi cabeza no me dejo pensar mucho, mientras el maleante puso con violencia su pistola en mi cabeza al mismo tiempo que me puso de pie y me grito:

 – ¡Saca la cartera hijo de tu pinche madre, saca la cartera!— me volvió a recargar el arma con mas violencia.
--¡No traigo nada, no traigo cartera!--  Le conteste mientras con mi mano intente quitarme esa pistola de mi cabeza.

 En la parte trasera pasaba lo mismo, gritos desesperados  y forcejeos.
El malhechor me encaro y pude sentir su aliento fétido -- ¡Saca la cartera  pinche cabron o te mato— Ahora puso la pistola en mi boca.  Se me ocurrió quitarme rápido el pantalón y al dárselo le dije,  – No traigo nada mas, llévatelo todo.

Me miro, sonrió de manera  burlona, escupió mi rostro al mismo tiempo que  aventó mi pantalón al pasillo, me senté nuevamente,  atrás las cosas era igual:
¡La cartera, saca la cartera!

 Se acuchaba sin cesar, solo que ahora la voz de la mujer asaltante sentencio de esta manera:

-- ¡Matalo. Matalo, matalooooo!

Las pasajeras  gritaron desesperadas --- ¡nooo, por favor ,  nooo!!!— se escuchaba el forcejeo y también como le golpeaban la cabeza a alguien,  el hombre que estaba junto a mi acciono su arma dos veces ,  ¡pum, pum!  Es un sonido breve y muy fuerte, ambos casquillos cayeron a mis pies, dos detonaciones  mas se escucharon por la parte trasera… ¡pum, pum!.. 

Se hiso un silencio absoluto.
Tuve la sensación de que el tiempo se detenía.
Todo transcurria en camara lenta.

El hombre que estaba a mi lado puso su arma  en mi cara,  la voz de la mujer verdugo, una vez mas se escucho:

 --¡Matalo, matalo, matalo,  yaaa!-- 

Con la pistola en mi cabeza, justo en mi frente,  mirándome a los ojos el asaltante intento jalar  del gatillo, vi como el dedo le temblaba,  yo lo mire, lo mire muy calmado,  entrecerré mis ojos y moviendo mi cabeza de manera negativa intente decir algo.   No pude.  Solo le pedí a Dios que mi muerte fuera rápida, solo le dije al creador  “llévame contigo”.  El ladrón grito:

– ¡Ya nooo, ya nooooo!

Apunto su arma contra el chofer, a una señal el y  sus cómplices abandonaron el autobús. Un vehículo ya estaba al frente , lo abordador y simplemente se fueron…

Me puse mi pantalón y vi como los pasajeros descendían del autobús.  A unos metros vi al hombre que le habían disparado,  estaba recostado en su asiento como si estuviera dormido,  inmóvil,  un hilo de sangre salía por su boca,  sus ojos aun estaban abiertos, estaban como mirando al cielo, estoy seguro que fue lo último que vio,  con delicadeza los cerré, deslice mi palma sobre su rostro aun tibio y le pedí a Dios misericordia por su alma y resignación para su familia,  junto a el había una bolsa de pan.

Ese pan no llegara jamás a una mesa.
Unos niños preguntaran a su madre:
--¿A que hora llegara papa?--
Una mujer  se quedara dormida cerca  de la ventana, solo despertara para enterarse que su esposo ha muerto.

Estoy seguro que la vida nos devuelve multiplicado todo lo que como seres humanos proyectamos al universo día tras  día. 

Haces unos días al anochecer  hacia frio extremo, vi a un hombre indigente abrazarse a si mismo con la intención de darse un poco de calor. Le regale mi chamarra pues yo estaba cerca de casa y pronto estaría mejor. 

Dos días más tarde alguien me regalo una chamarra 10 veces mejor…

 Hoy leí en el periódico que un pasajero mato a tres asaltantes en un camión… Son los mismos que antes mencione, creo que esa es la razón por la que escribí esto.

 La vida esta diseñada para cosechar y disfrutar los frutos de nuestro trabajo.

 Nada de lo que en esta vida logramos,  jamás nos podrá ser arrebatado,  cualquier cosa,  siempre regresara multiplicada.

 Tarde o temprano.

 A pesar de lo que parece, el camino fácil resulta ser el más difícil.

El que a hierro mata a hierro muere.

La buena vida es un camino que disfruto mucho, pues nunca voy solo,  todos vamos en el mismo autobús, somos millones los que deseamos con el corazón paz, amor y armonía.

Tengo la certeza que hay algo que ningún ladrón podrá robarme jamás,  y eso es mi fe en el creador y en su promesa:

“Nadie nunca podrá hacerme daño, si camino por el sendero del bien”

Así sea.