miércoles, 14 de septiembre de 2011

Soñe que soñaba.

Soñar que soñamos, es similar a vivir por vivir, o sea sin sentido, pues  todo es bizarro  y  confusión…

Anoche soñé que soñaba y sin lugar a dudas es algo perturbador, tratare de ser explicito, como a las 11.30pm, apague el televisor, pase al baño e hice lo propio, lave las manos y cepille mis dientes, me dirigí a mi cama, recosté mi cuerpo y empecé a soñar…
 El sueño,  comenzó así: regrese del trabajo, salude a mi familia, bebí un café,  me dirigí a mi habitación, me vestí con mi pijama de franela, me acomode en la cama y comencé a soñar otra vez…(?)

Mientras veía en el televisor  una  película de acción,  la emoción me llevo al límite y un fuerte dolor en el pecho hizo que mi respiración se detuviera, esa horrible sensación de que te falta el aire, combinada con desesperación, mas  la conciencia de saber que puedes morir  es una formula letal, angustiosamente trataba de respirar, volteaba a un lado y a otro, pero estaba solo, de pronto comencé a toser y a respirar…cof, cof cof...--Uff, estuvo cerca  --Pense--

Sequé las lagrimas que por el esfuerzo brotaron de  mis ojos, noté mis manos mas arrugadas, una vez más, voltee a ambos lados y confirme que estaba solo.  Empecé a hacer el recuento de mi vida, ahí en completa soledad, pues se que en los momentos de reflexion crece el hombre.

Recordé que mi esposa se había ido atrás tiempo, murió joven, solo se durmió y no quiso despertar, no sufrió para nada, ese fue siempre su deseo. Mi hija Alison se graduó como medico cirujano y se caso con un doctor, cardiólogo, para ser exacto.  Lleve mis manos al pecho y abrí mi bata, acaricie una enorme cicatriz que me recordó una cirugía a “corazón abierto” que me realizara mi yerno. Mi hija Karina seguía viviendo donde siempre, con su familia. Luis nunca se caso pero vivía con alguien y aun nos reuníamos en mi casa los domingos a convivir en familia.

Así eran las cosas, había logrado todo lo que me propuse en mi vida.  Mi casa era exactamente como siempre la imagine y vivía solo. Como siempre lo desee. Me levante, mire el espejo y me sonreí a mi mismo, con las manos dentro de los bolsillos de mi bata permanecí inmóvil durante unos instantes, con la luz apagada y el televisor  aun encendido a mi espalda haciendo figuras  raras en las sombras. Volví a sonreír, allí estaba yo, viejo, era un anciano, tendría tal vez  unos ochenta u  ochenta y cinco años, no se, quizás, era algo delgado (a comparación de lo que siempre fui), mi bigote era mas espeso y muy blanco así como el cabello que cubría mi cabeza, seguía usando mi pijama de franela, pantuflas  y una bata roja, no  podía faltar mi esclava, reloj y cadena que siempre uso, creo no cambie mucho desde los cuarenta .

Apague el televisor y  la obscuridad me acompaño al patio, camine despacio con las manos en los bolsillos de mi bata, una vez afuera  observe las estrellas. Vi cruzar las nubes a través de la luna. Suspire honda  y profundamente;
--¡Lo logre, lo logre, Gracias Dios mío, gracias!—dije en voz baja sin dejar de mirar el cielo, con la cabeza apoyada en mi espalda, de cara al cielo y volvi a respirar profundamente…

El sueño cambio dramáticamente y de pronto en un mausoleo rodeado de un hermoso jardín, estaban mis hijos y  mis nietos juntos,  entre todos sostenían una urna con mis cenizas  pues al morir  fui cremado. Ese siempre fue mi deseo. Vi mi lapida. Leeí una  inscripción decía  así:

“Descanse en paz  Enrique “El greñas” Santillán Cisneros”.

Como dije estaban en silencio, más  no tristes. Sabían que era tiempo de irme, de pronto Luis rompió el silencio y pronuncio unas palabras;

 “Hoy venimos a darle el ultimo adiós al hombre que nos llevo de la mano durante toda la vida, apareció en el justo momento en nuestras vidas, siempre paciente y  cabal, recio  pero amable, sabio, pero sobre todo prudente. adiós  padre mío descansa en paz”

Sabía que Luis siempre me había  querido, pero  ¿Por que nunca me lo dijo? No importa siempre lo supe.

Dios me dio la oportunidad de escuchar  las ultimas palabras de los seres que me amaron, junto a mi  estaba  un ángel.  “Mi ángel guardián”, ya lo había visto antes, lo reconocí de inmediato, el era  aquel hombre, quien de rodillas, postrado ante mi, puso de lado mi cabeza para que no me ahogara con mi sangre, hace muchos años, cuando me atropellaron...

Hoy me escoltaría en mi viaje, el ultimo, al mas allá…

Tranquilo con pasos lentos inicie mi travesía, elegantemente vestido con un traje negro y de la mano de mi “guardian”.

Sin miedo alguno a mi familia  le dije --¡Adiós, hasta siempre!—


Segui soñando, zzzzz…zzzzzzzz…zzzzz.

De pronto abrí los ojos y me vi recostado en mi cama. Mire el techo, a los lados, sentí a mi esposa junto a mi  y pensé – ¡Fue un sueño, solo un sueño!—

No estaba triste, quizás, intranquilo. Suspire  y me dirigí a la cocina por un poco de agua. Al pasar por el espejo me vi nuevamente viejo,  eso si me impacto y me saco del segundo sueño.

Sobre saltado y sudando regrese ahora si a la realidad, seque el sudor de mi frente y trate ve volver a dormir.

Suena complicado, pero todos alguna vez hemos soñado que estamos soñando, despiertas  confundido del primer sueño, para luego despertar perturbado del segundo (¿?)…

Traté de no pensar mucho en esos dos sueños durante el día.

 Como era domingo trabaje medio tiempo.  Antes de regresar a casa, compre todo lo necesario para hacer una parrillada en el patio pues es algo que en familia disfrutamos muchísimo, todos trabajaron de una  forma coordinada y  salió a la perfección. Con gusto vi a mi familia trabajar en equipo, en absoluta  armonía.

 ¿No es eso lo que anhelamos en la vida?

Es decir: todos queremos vivir felices, ver a nuestros hijos casados, tener nietos, dicho de otra manera, vivir en paz.

Mientras comíamos  disfrutamos de un vídeo que mi hijo Luis me regalo el día del padre, solo lo vemos en ocasiones especiales.

Esa es su forma de decirme “gracias papa por estar a nuestro lado, por estar siempre con nosotros”

Eso me hace sentir alagado.

El que siembra hiedra cosecha espinas.

Aquel que  siembra amor, cosecha  paz y armonía, confianza, cariño a prueba de fuego,  amistad y hermandad para toda la vida.

Desperdiciar  nuestra vida en pleitos vanos y peleas, es similar a vivir por vivir, es como soñar que estamos soñando,solo que al tomar conciencia de que estamos  vivos nos aterramos y quisiéramos que fuera un sueño.

 La buena vida  es un  sueño en el que tenemos que estar despiertos  para poderlo  realizar.

Aun tengo mucha vida por delante…

Aun tengo mucho que sembrar.




viernes, 2 de septiembre de 2011

"Triste amanecer"

De madrugada el ruido urbano hizo que abruptamente despertara.

 Te busque a mi lado y no estabas. En el fondo sabia que tarde o temprano esto sucedería, pero no pensé fuera tan pronto.

 Después de tanto tiempo supe que el destino me alcanzaba. Encendí un cigarrillo y en la penumbra vi tu rostro formado por el humo de este, lo vi desvanecerse, len-ta-men-te.

Un ruido en la puerta hizo que mi corazón latiera de manera desesperada.

 En la obscuridad reconocí tu silueta, trague saliva y con angustia pregunte…
-- ¿Donde estabas? ¿Por que me dejaste?
--¡¡Fui a la leche!! ¡¡Mi amor!!
-- ¡Toing !